
Las tareas del hogar son repetitivas, frustrantes y poco agradecidas, sobretodo desde el punto de vista de un niño. Los adultos podemos planificarnos, somos conscientes de la duración de cada una y el esfuerzo que representa; para un niño puede parecer un mundo realizar lo que le pedimos y por tanto es muy probable que no tengamos éxito cuando lo hacemos. Por ese motivo nuestros psicólogos infantiles proponen seguir una serie de consejos para que conseguir que colaboren con nosotros:
- Cada uno su tarea. Es importante pedirle a un niño algo que pueda hacer. Por esa razón no pediríamos a un niño de 2 años que llevara los vasos de cristal o a uno de 4 años que vaciara la vajilla del lavaplatos él solo. Si les pedimos algo concreto, que puedan hacer con facilidad y siendo coherentes a su edad, será mucho más sencillo realizarlo sin esfuerzo.
- Formar parte de un equipo. Si cada uno tiene su tarea, necesitamos el trabajo de todos para llegar al objetivo. Así que, cada miembro puede poner una parte de la mesa, recoger algo concreto u ordenar una parte, consiguiendo que todos colaboren para que TODOS consigan su objetivo: la mesa puesta, la habitación recogida, la ropa colocada. Los adultos deben supervisar y ayudar a conseguir la tarea de sus hijos siendo motivadores para que no lo hagan a mala gana.
- Premiar la constancia. Es positivo tener metas que quieran alcanzar y ayudar a los adultos en las tareas del hogar puede ser una buena manera de conseguirlo. Puede ser buena idea premiar a los niños que son constantes en su ayuda y realizan su tarea sin tener que repetirlo demasiadas veces. Promover la constancia y el compromiso en los niños es un valor muy importante.
- Crear un cuadro de responsabilidades y privilegios: hacerse mayor comporta asumir nuevos retos pero a la vez debe tener mayores privilegios. De este modo, que un niño cumpla un año más significará nuevas responsabilidades (ser más autónomo o colaborar en más áreas) pero también nuevos privilegios (acostarse más tarde, tomar más decisiones). Para sorprenderles y motivarles, os proponemos que diseñéis un cuadro en el que aparezcan las edades, las responsabilidades y los privilegios. De esta manera, pueden ir viendo qué nuevas tareas realizarán cuando cumplan un año más y qué privilegios obtendrán por ello.
Premiar a los niños por ayudar en casa implica que si lo realizan bien obtienen un punto y si no lo realizan o hay que insistir en exceso, no reciben ningún punto. De este modo premiamos el esfuerzo pero no castigamos, si no que dejamos de otorgar ese punto. Es necesario comunicar cuantos puntos tienen que conseguir para alcanzar el objetivo. Un buen premio puede ser escoger una actividad para hacer en familia, dar permiso para hacer alguna actividad con amigos o un juego o juguete pequeño que realmente les haga ilusión. El premio debe ser algo que les motive para poder realizar todas las tareas de buenas maneras y sin tener que insistir por parte de los adultos.
Laura Górriz – Psicólogo infantil